Más de 20 años llevan conversando y aún no llegaron a nada. Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea han avanzado, pero la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) no aparece. Y las altas expectativas uruguayas de alcanzar el acuerdo empiezan a aplacarse. Por eso la intención del gobierno de Tabaré Vázquez de abrirse al mundo para concretar acuerdos comerciales, continúan intactas y en 2018 el foco de atención estará en China.
A fines de enero llegará a Montevideo el canciller chino Wang Yi para reunirse con el primer mandatario uruguayo y buscar acelerar los procesos para concretar acuerdos entre ambos países.
A principios de diciembre se realizó en Punta del Este la reunión China-LAC, una cumbre entre empresarios y autoridades del gigante asiático con empresas latinoamericanas.
En la apertura del evento el jefe de Estado uruguayo destacó la importancia de «poner las miradas en China» por el posicionamiento que esa potencia tendrá en el comercio mundial.
«China ocupa un lugar central en el futuro de nuestra región, un futuro que no está predeterminado, sino que se construye entre todos», dijo Vázquez. En esa instancia se reunió con el ministro Ma Peihua.
El jerarca del país asiático le confirmó que el interés de su país es hacer «muchos negocios» con los países sudamericanos.
Con la llegada del canciller Wang Yi se confirma ese interés que el gobierno uruguayo pretende explotar con la ampliación de acuerdos comerciales.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, mantuvo un encuentro con Wang Yi en junio de 2016 donde acordaron profundizar los lazos entre ambos países y trabajar para analizar un TLC entre Uruguay y China.
Este es un tema que al gobierno de Vázquez le seduce. Pero al mismo tiempo sabe que necesita el apoyo de la bancada del Frente Amplio para darle el aval en el Parlamento.
Hasta ahora el oficialismo no estuvo dispuesto a votar la ampliación del TLC con Chile a pesar de que el propio Vázquez le solicitó públicamente a su partido que lo aprobase.
Es que el Frente Amplio desconfía de los Tratados de Libre Comercio. Por este motivo desde el Poder Ejecutivo se trabaja en otro tipo de acuerdos comerciales para así evitar discrepancias en la interna del oficialismo.
La llegada del canciller chino genera altas expectativas en el gobierno local y fue tomada como una «firme y clara señal» de que los intereses de ese país con Uruguay «van en serio». Así lo manifestó una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores a El País.
La Cancillería uruguaya prepara una agenda de temas para conversar, entre los que está la posibilidad de ampliar la oferta de productos locales que se vendan al país asiático.
«China está liderando un proceso de apertura hacia el resto del mundo que va con la visión que tiene Uruguay del comercio internacional», dijo recientemente el canciller Nin Novoa, y remarcó que el gobierno uruguayo ya tomó la decisión de avanzar en «un comercio libre, pero con reglas claras».
En ese sentido, una de las ideas de Uruguay era plantear en la interna del Mercosur avanzar en un TLC entre el bloque sudamericano y el país asiático. Sin embargo Brasil tiene poco interés en esto, además Paraguay tiene firmado un TLC con Taiwán que dificulta la firma de un acuerdo de estas características.
Por este motivo la visita del canciller chino Wang Yi permitirá explorar otro tipo de acuerdos para el intercambio de bienes y servicios. Para la Cancillería uruguaya, China es un claro gigante mundial que no se puede obviar ni ignorar.
«No se puede quedar rezagado frente a otras economías porque países que producen los mismos productos y servicios que Uruguay van a poder ingresar en mejores condiciones», dijo Nin Nova.
El jerarca del gobierno de Vázquez explicó que hay muchas maneras de avanzar en un acuerdo comercial entre Uruguay y China, y actualmente no está descartada ninguna.
«Nuestro país procura elevar aún más la vinculación con esa nación, y planteamos acceder a una asociación estratégica integral», agregó el canciller uruguayo.
En febrero Nin Novoa participará de un encuentro de cancilleres sudamericanos con autoridades y empresarios chinos en Santiago de Chile con el mismo objetivo de la China-LAC: concretar mayores negocios chinos en América del Sur.
Uno de los negocios concretos que se materializará en Uruguay a mitad de 2018 es la ampliación de la empresa Lifan, instalada en San José, para ensamblar autos electrónicos en el país. El presidente Vázquez recibió la confirmación de la operación del propio CEO de Lifan, Mu Gang, semanas atrás cuando visitó Uruguay.
Otro de los puntos en la agenda con el canciller chino es la intención de promover una zona de libre comercio entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el país asiático.
Un cambio económico para la nueva China.
Es la instancia que marca el nuevo horizonte económico para el gigante asiático. El gobierno comunista de China, liderado por Xi Jinping, cerró el jueves 21 de este mes la conferencia económica con anuncios de que buscará «promover un desarrollo de calidad» a través de nuevos factores de crecimiento y fomentará las importaciones de ciertos productos para equilibrar su comercio exterior, entre otros temas.
«Los anuncios confirman lo adelantado en su plan quinquenal. Debemos terminar de asumir que China va hacia un cambio de estructura económica y productiva, buscando productos cada vez de mayor valor tecnológico y con mayores procesos productivos. Eso va a generar una des-industrialización en sectores más livianos donde era conocida como muy competitiva», explicó a El País el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica y director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración, Ignacio Bartesaghi.
UPM y el interés chino en proveer los trenes.
Uruguay está muy cerca de concretar la megainversión de la empresa finlandesa UPM. La decisión será tomada en febrero de 2019. Para eso, el gobierno debe garantizar la refacción del ferrocarril central que conecta Paso de los Toros con el puerto de Montevideo. La licitación internacional fue lanzada en los primeros días de diciembre y varias empresas internacionales tienen interés en lograr la adjudicación. Entre ellas están las cuatro empresas de construcción chinas más importantes del país. El proyecto es solo para reconstruir el trazado del ferrocarril: vías, puentes, túneles, alumbrado, y todo lo que tiene que ver con la seguridad ferroviaria. Sin embargo dos de esas empresas chinas ya manifestaron a las autoridades del gobierno su disposición a presentar «un plan global» que abarque también la maquinaria ferroviaria, es decir: trenes y vagones para su operación. La inversión que prevé el gobierno asciende a unos US$ 1.000 millones. Esto será financiado en parte por la CAF, e incluso se maneja la posibilidad de que las AFAP participen en la inversión si se define un mecanismo que permita su ingreso.
A su vez, el ministro de Economía, Danilo Astori, acordó con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que diseñarán una línea de crédito que funcione como garantía para generar mayor interés de parte de los inversores. Este era un punto demandado, especialmente, por las empresas chinas.
Fuente: El País